miércoles, 10 de junio de 2015

El ruido no existe cuando me erizas la piel

Y llueve. En silencio. 

Tras un golpe y otro. Parece que el músculo más fuerte de mi cuerpo no aprende.

Esperar algo bueno de alguien, es uno de los pecados capitales más envolvente y más tratando con el mismísimo Lucifer. 

Y si, puede que exagere, pero para eso esta la poesía.
Para eso están las notas, para eso esta el lápiz y papel, los dedos y las teclas.
 
Todo cambia y sigo inmersa en mi película de todo va y viene,
todo tiene un sentido, todo tiene un por qué,
el amor ha sido real y no hay uno, sino, dos corazones latiendo al mismo tiempo y compás.

Pero no, qué ingenua.
Se enciende el motor y sube la adrenalina, el cuerpo se paraliza.

Y todo esto en centésimas de segundo cuando te veo delante. 
Girar y pasar, si, esa es la palabra. Pasar.. 




CT

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