Siempre fuiste más de despedidas que de llegadas.
De ser media luna
con tu rostro escondido
contra mi espalda.
Puede que,
me gusten las historias sin terminar.
Donde hay un deje de cosquillas en el estómago
haciendo que
mis endorfinas se ruboricen.
Y tirándote por la borda
porque me sacas de quicio.
Siempre me podré preguntar
si hubieses sido el villano, la rana o mi poeta.
Pero ahí, nos quedamos con las ganas.
Porque ni tú eres tan valiente
ni yo tan tonta de ser coma.
C.T
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