Tú me enseñaste que los catarros y desvelos de medianoche tienen cura.
Sin mirarte a los ojos, tenia la certeza de que como gato podía confiar en ti.
Y ¡Vaya! Mamma mía, dichoso el día que te cruzaste conmigo.
Ambos somos de palabras.
Tú con las tuyas.
Y yo con las mias, tan pobres y aprendices de caminos rocosos.
Maldigo el mal carácter y las huellas camaleónicas de tus etiquetas.
Ya esta bien de construir seminarios de amor cuando te dicen que los tires por el suelo.
Y cómo vas a subir al Everest si la maldita locura te coge de los pies y no te deja salir de la cama.
Dime adiós una vez más, porque creo que no lo tengo asimilado.
En la enciclopedia no viene el significado de -Adiós por desenfreno.
C.T
Parece que los desenfrenos nos persiguen de tanto rodar por este mundo ajeno :-)
ResponderEliminarUn abrazo.