Te encontré a dias desmesurados,
todas las veces que decidimos
ser uña y carne.
Esas veces que atendías mi desorden y
apaciguabas mis ansias de ti.
Créeme que fuiste mi luna llena
los días más tupidos de tormenta,
y que adopté como lugar favorito
acostarme entre tu pecho y cuello.
Yo no me puedo enamorar de alguien perfecto.
Porque la perfección
no tiene vicios, ni rincones escondidos.
Y tú eres mi delito y mi límite.
Y a veces, hay que tener nuevos despertares
para echar de más la gloria de tus ojos.
No es nada fácil amarse con odio
y olvidarse sintiendo.
C.T
No hay duda que lo contradictorio nos atrae, imperfectamente como somos.
ResponderEliminarUn abrazo.