Sabia caminar entre las calles del Norte sin rumbo y sin planos. Nunca me perdía, sabia orientarme literalmente a través del olfato, sabia que cada esquina era una colonia, puede que la tuya o puede que la mía, pero alguna de ellas coronaba la ciudad.
Ahora, querida fantasía acabada, estas más perdida que mi recuerdo en tus pestañas. Ahora no sabes si vas y vienes, si vienes o te quedas.
Desde que te cambiaste de perfume es (d)olorosamente difícil vivir sin ti.
Claudia T
Y es que a veces el amor se resume en unos cuantos olores entrañables e inasibles.
ResponderEliminarBesos.