I Parte
Le oigo respirar más suave, tranquilo. Noto una caricia, cierro los ojos y siento el momento. Solo silencio, solo sentimiento.
El tiempo pasaba, la gente hablaba, reía... y abro los ojos, me encuentro con los suyos, azules, eran azules, con una pupila dilatada por la oscuridad. Silencio de nuevo.
Decidí por levantarme y seguir caminando hasta el momento de la despida. De nuevo silencio, de nuevo sentimiento.
Marché, marché confundida, asustada, pero sonreía, una leve sonrisa cubría mi cara, se podía ver en mí mi estado de ánimo, pero también se podía percibir el miedo de ... ¿Y ahora qué? Sí, es un adiós.
Claudia Tubilla