lunes, 11 de julio de 2016

Monólogo de crucigrama




A veces te veo tan bonito a contraluz, que me da miedo decirte que te gires.
Es mirar tu sonrisa y saber que estoy más perdida todavía. 

Voy a reclamar a las carreteras y curvas de tus manos que bajen el impuesto del peaje, no me facilitas nada el camino del olvido.

Maldita sea.

Estoy harta de jugar al póquer,
de ser mi propio espejo,
de no poner las cartas sobre la mesa.
De que tus imperfecciones me sigan arrastrando a vicios virulentos.
De soñarte tan fuerte que cada madrugada estrene un lunar nuevo. 

De condenar cada verso al olvido de tus labios. 

C.T 

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