jueves, 12 de mayo de 2016

Estrambótico


Que me digan que no fui ángel entre tus rizos,
que no estrellé mil besos contra tu muro,
y que no fui una manifestante de poemas contra mi orgullo. Tan imponente y militar como de costumbre.

Y hablando de costumbres. Hay costumbres que limpian asperezas.
Ojalá sea capaz de barrerte. 

Impregnaste todo mi ser de preguntas, escalofríos e ilusiones. Y no sé cómo hacer para convertirme en vacuna. 

¿Sabes qué? No se cómo consigues pintar mis primaveras de colores amargos. 
De estallarme la cabeza
a misiles subterráneos. 
De romperme
el alma
sin ni siquiera echar un pulso.

Pequeño diablo. 

Me quemaste hasta la sonrisa de pega.

C.T

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