jueves, 11 de febrero de 2016

Cafeína



Como fiel intruso que te encuentras entre mis despertares.
Tan limpio y cuidadoso que andas de puntillas tan perfectamente poniendo tus sílabas en campos de minas, y que ninguna de ellas sean capaces a erradicarte.

Tú, tú eres quien reemplaza mi dichosa cafeína de todas las mañanas. 
Me aceleras tanto que no me hace falta beber el placer matutino que todo el mundo desea al madrugar. 

Tú que vives en mis deseos corporativos y te agarras a mis entrañas. 
Te voy a pedir el favor de que me dejes caminar sola.
Que no eres toda esa poesía y esas letras color rosáceas por las que te hago caminar.
Que no eres tan bonito ni tan suave ni tan eterno como me gustaría que fueses.

Sal ya de mi cabeza y devuélveme todo lo que me robaste.
Que ni con mil hechizos consigo mirarme al espejo y que no sea de tu mano.

Devuélveme la cordura, por favor.
Devuélvemela. 

C.T

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