domingo, 17 de octubre de 2010

A las chicas nos enseñan muchas cosas mientras crecemos: -si un niño te golpea le gustas, -nunca intentes enmendar tus tropiezos y -algún día conocerás a un chico maravilloso y tendrás tu propio final feliz. Cada película que vemos, cada historia que nos cuentan nos implora a esperar por eso, el tercer acto tiene un giro, la inesperada declaración de amor, la excepción a la regla, pero a veces nos concentramos tanto en encontrar nuestro final feliz que no aprendemos a interpretar las señales ¿Cómo distinguir a quienes les gustamos de aquellos a quienes no? Aquellos que se quedarán de aquellos que se irán. Y tal vez este final feliz no incluya un chico maravilloso, tal vez seas tú, sola, rearmando las piezas y comenzando de nuevo, liberándote a ti misma para algo mejor en el futuro, tal vez el final feliz sea solo continuar o tal vez el final feliz es este, saber que después de esperar esas llamadas, de los corazones rotos de todas las equivocaciones y las señales mal interpretadas, de todo el dolor y la vergüenza uno nunca jamás debe perder la esperanza.

1 comentario:

  1. Cuánto más años pasan, más difícil se hace mantener la esperanza...

    ResponderEliminar